Buceo y odontología. Lesiones más comunes.

 In Salud

En las últimas décadas, el buceo con equipo de respiración subacuático autónomo (SCUBA) ha experimentado un gran auge. Se calcula que alrededor de 15 millones de personas en el mundo cuentan con una certificación en submarinismo. La presión a nivel del mar es de una atmósfera (atm). La inmersión cada 10.23 metros produce un incremento sobre dicha presión de una atm y, según la Ley de Boyle, un aumento en la presión produce una compresión de los volúmenes de los gases de nuestras cavidades corporales. Cuando se produce el ascenso hacia la superficie, esta relación es a la inversa. Estas variaciones de presión pueden causar diversas emergencias dentales que pueden poner en peligro la integridad del afectado.

 

Entre las posibles complicaciones estomatológicas asociadas a esta práctica se encuentran las siguientes:

 

  • Al experimentarse un aumento o disminución brusco de la presión atmosférica, puede que la pulpa no se adapte al cambio y presione desde el interior hacia el exterior, haciendo que la pieza duela. El dolor puede llegar a ser tal que ocasione mareo o la pérdida del conocimiento.
  • Barotrauma dental. Daño en la dentadura producido por alta o baja presión. Puede ocurrir como resultado de un vacío miniatura o burbuja de aire dentro de un relleno dental, como la Gutapercha. Cuando la presión externa aumenta o disminuye, el aire atrapado en el vació tratará de expandirse o contraerse, de acuerdo con lo expuesto por la Ley de Boyle. Las tensiones que esto causa a la estructura dental puede devenir en dolor; o en raras ocasiones, incluso la fractura de la estructura dental.
  • Fractura o despegamiento de restauraciones o implantes. Una caída de presión puede causar daños en el lecho implantario. No existe un consenso acerca de las recomendaciones seguir en pacientes que realizan submarinismo y que han tenido o van a someterse a colocación de implantes dentales. Se puede decir que entre más complicada sea la cirugía practicada, más tiempo deberá esperarse antes de la siguiente inmersión.
  • Neuropraxias de los pares craneales. Lesión del nervio craneal, generalmente neuropraxia, que causa los déficits sensoriales o motores. La ubicación anatómica de la rama maxilar (o segunda división del nervio trigémino) y el nervio facial, los predisponen a barotrauma ya que corren por dentro de las paredes óseas de cavidades llenas de aire. Se trata de una lesión muy poco común.
  • Barotrauma de los senos paranasales. Esta es la segunda lesión más común en el buceo, después del barotrauma del oído medio. La igualación de los senos paranasales requiere del funcionamiento normal de los pasajes nasales y la ostia patente. Obstrucciones, incluyendo la desviación del septum nasal, los pólipos, el engrosamiento de la mucosa, los tapones mucosos o la purulencia, pueden conducir a barotraumas sinusales.
  • Disfunción de la articulación temporomandibular con dolor facial atípico. El dolor de cabeza y dolor muscular facial es común entre los buceadores pues están obligados a mantener la boquilla del regulador en posición para facilitar el intercambio adecuado de gases. Las boquillas de goma de silicona o neopreno se mantienen isométricamente en su lugar mediante una plataforma de mordida interdental que se adapta a la oclusión del incisivo y canino y tiene bridas labiales para ayudar en el sellado del labio.

Cuando los dos últimos síntomas se producen, se denomina Síndrome de la boca del buzo.

 

Bibliografía:

 

Brandt MT. Oral and maxillofacial aspects of diving medicine. Mil
Med. 2004; 169 (2): 137-141. Disponible en: https://watermark.silverchair.com/milmed

 

Salgado-Peralvo, Á., Salgado-García, Á., Peralvo-García, V., & Moreno, C. (2017). Fracaso implantario derivado de la práctica del submarinismo: A propósito de un caso. Revista De La Asociación Dental Mexicana, 6, 304-307. Disponible en: http://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=76542

 

 

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